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Mostrando entradas de agosto, 2017

Semonides de Amorgos 2 (1 D)

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2 (1 D) Hijo mio el retumbante Zeus comuna el fin de todo lo que es y lo dispone como quiere. Los hombres carecen de entendimiento. Pues al día vivimos como bestias, del todo ignorantes de como la divinidad hará concluir cualquier asunto. La esperanza y la persuasión alimenta a todos mientras se lanza a lo irrealizable. Unos aguardan a que llegue un día, otros a que rueden años. Para el próximo no hay hombre que no espere hacerse intimo de la riqueza y los bienes. Pero a uno se apresura la vejez odiosa a atraparlo antes de que llegue a su meta. A otros penosas dolencias los consumen. A otros, sometidos por Ares, los despacha Haces bajo la negra tierra. Otros, en alta mar, zarandeados por la tormenta y los muchos embates del purpureo oleaje, parecen, cuando en vano tratan de sobrevivir. Otros se cuelgan de un lazo, en triste destino, y por propia decisión dejan la luz del Sol. Así que nada hay sin daños, sino que incontables son las formas de muerte e imprevisibles las penas y

Calimaco Himno I a Zeus

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En el momento de las libaciones, ¿a quién celebraremos sino a Zeus? ¿A qué dios sino a él, que siempre es grande y es rey siempre, vencedor de los Pelagones y juez de los Uránidas?Pero, ¿cómo lo cantaremos? ¿Como Dicteo o como Liceo?. Mi espíritu vacila, pues se discute tu nacimiento. Unos dicen, Zeus, que naciste en los montes Ideos; otros, que en Arcadia. ¿Quiénes, oh padre, no dicen la verdad?  «Los Cretenses, eternos mentirosos», los Cretenses que han llegado incluso a construirte una tumba, oh soberano. Pero tú no has muerto jamás, tú existes para siempre. En la Parrasia te dio a luz Rea, allí donde es más densa la espesura de la montaña: desde entonces ese lugar es sagrado, y ninguna criatura —bestia o mujer— penetra en él cuando necesita a Ilitía; los Apidaneos lo llaman antiquísimo lecho de Rea. Allí tu madre, después de haber parido el fruto de sus entrañas, buscó una corriente de agua para lavar las manchas del alumbramiento, para bañar tu cuerpo.  Pero el caudaloso L