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Mostrando entradas de 2018

Vida de Milciades, Batalla de Maraton (5-6) Cornelio Nepote

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En tales circunstancias no acudió en ayuda de los atenienses ninguna ciudad estado, salvo Platea. Esta envió mil soldados. Así pues, con la llegada de estos soldados se alcanzo el numero de diez mil combatientes, que ardían en un deseo de luchar digno de admiración. De este modo se consiguió que la teoría de Milciades prevaleciera sobre la de sus colegas. Movidos por su prestigio, los atenienses hicieron salir sus tropas de la ciudad y construyeron su campamento en lugar adecuado. Al día siguiente, formado el ejército en línea de la falda de un monte, desde un lugar excesivamente abierto (pues los arboles por muchos lugares eran escasos) entablaron el combate con el propósito de verse protegidos por la altura de la montaña y de que la caballería enemiga se vería obstaculizada por los arboles y de este modo no se sentirían agobiados por la multitud de los enemigos. Datis, aunque veía que el lugar no era favorable para sus tropas, no obstante, confiado en su superioridad numéri

Vida de Milciades (1-4 )- Cornelio Nepote

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Translator Linaje y nombramiento de Milcíades como Estrategos.  Milcíades, hijo de Cimon, ateniense, tanto por el rancio abolengo de su estirpe y la gloria de sus antepasados cuanto por su propia moderación sobresalía ya muy por encima de todos y, cuando llego a una edad tal que sus conciudadanos podían no solo abrigar buenas esperanzas en torno a su persona, sino también confiar en que el futuro habría de seguir siendo tal y cual le habían conocido, ocurrió entonces que los atenienses se propusieron enviar colonos al Quersoneso. Al ser muy grande el numero de estos y deseando muchos alistarse en est

Defensa del cabello largo, vida de Apolonio de Tiana, libro VIII, 6. Filostrato.

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Defendamos asimismo acerca de la cabellera que antes llevaba, dado que se ha encontrado también con una acusación por su desgreño. ¡Que no me juzgue el egipcio, sino esos muchachitos rubios repeinados, pegados a los amantes y a las prostitutas a los que rondan! Que se tengan por felices y envidiables por su cabellera y por el perfume que les chorrea y que a mi me tengan por un perfecto antídoto de la lujuria y amante de no amar, pues les diré: ¡Infelices, no acuséis falsamente un invento dorio, pues dejarse crecer la cabellera viene de los Lacedemonios, que lo practicaban por los tiempos en los que llegaron al máximo poderío militar! También el rey de Esparta, Leónidas, se dejo crecer los cabellos por su hombría, y por parecerle respetable a sus amigos y terrible a sus enemigos. Por eso lleva Esparta el cabello largo; por el no menos que por Licurgo e Ifito. Así que ¡respete el hierro la cabellera de un hombre sabio! Pues no es licito que se acerque a donde se hallan t

Vitruvio - Arquitectura, lib VI, cap I. Diferencias en la humanidad

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Todo ello lo debemos observar y considerar a partir de la misma naturaleza, e incluso nos sirven de testimonio los miembros y cuerpos de las personas.  En los lugares donde el sol calienta moderadamente, los cuerpos poseen una temperatura templada; en los lugares que son muy cálidos por su proximidad al curso del sol, éste con sus rayos abrasadores absorbe su humedad; por el contrario, en las regiones frías, muy distantes del mediodía, la humedad no queda absorbida por completo, debido al escaso calor de los rayos solares y, además, el aire fresco, procedente del cielo, hace penetrar en los cuerpos una humedad que los hace más corpulentos e incluso el tono de su voz es más grave. Barbaros Celtas De aquí que los pueblos que habitan en las regiones del norte ofrecen en su aspecto exterior una complexión corpulenta, un tono de piel claro, cabellos rubios y alisados, Ojos azules y gran abundancia de sangre, debido a la profusión de humedad y a su frío clima; los pueblos que habi

Solon de Atenas 3 (3 D) Eunomia, la buena Ley o el buen Gobierno

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No va perecer jamás nuestra ciudad por designio de Zeus ni a instancias de los Dioses felices. Tan magnifica es Palas Atenea nuestra protectora, hija del más fuerte, que extiende sus manos sobre ella. Pero sus propios ciudadanos, con actos de locura, quieren destruir esta gran ciudad por buscar sus provechos, y la injusta codicia de los jefes del pueblo, a los que aguardan numerosos dolores que sufrir por sus grandes abusos. Porque no saben dominar el hartazgo ni orden poner a sus actuales triunfos en una fiesta de paz. … Se hacen ricos cediendo a manejos injustos. …Ni de los tesoros sagrados ni de los bienes públicos se abstienen en sus hurtos, cada uno por un lado al pillaje, ni siquiera respetan los augustos cimiento de Dike, quien, silenciosa, conoce lo presente y el pasado, y al cabo del tiempo en cualquier forma viene a vengarse. Entonces alcanza a toda la ciudad esa herida inevitable, y pronto la arrastra a una pésima esclavitud,

Manilio, Astrologia, lib I. Planetas y Circulos Celestes

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Así pues, estas constelaciones, siempre en el mismo espacio, cubren el celo, formando con sus fuegos un artesonado de variadas figuras. Por encima de ellas no hay nada; ellas son la cima del universo. La casa común de la naturaleza, que abarca el mar y las tierras planas, se encuentra encerrada dentro de estos límites. Todos los astros salen y se ponen con un movimiento siempre concorde, por donde de pronto se oculto el cielo y por donde, habiéndose dado la vuelta, resurge. Hay otras estrellas, que luchan en el universo con dirección contraria, y vuelan suspendidas entre la tierra y el cielo: la de Saturno, la de Júpiter, la de Marte y la del Sol, y debajo de ellas Mercurio realiza su vuelto entre Venus y la Luna. Cuanto espacio ocupa justamente el universo en la bóveda celeste, y ente que limites se mueven las doce constelaciones lo sabemos por la razón, a la que no ofrece resistencia ninguna clase de barreras, ni las inmensas moles e incluso el cielo resulta cognoscible. En

Solon de Atenas su poema y la Guerra con Salamina

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2 (2 D) Salamina Yo mismo como heraldo he venido de nuestra querida Salamina, Ofreciendo mi canto, el arte de mis versos, en vez de un discurso, …¡Querría ser yo entonces Folegandrio o bien Sicinita en lugar de ateniense, cambiando de patria! Porque en seguida este dicho se va a propagar por la gente: “Ese es uno del Ática, de los que abandonaron Salamina”. … Vayamos a Salamina, a luchar por la isla querida Y a apartar de nosotros una infamia terrible. Traduccion de Carlos Garcia Gual, Antología de la poesía lírica griega (siglos VII-IV a.C.) Vida de Solón de Atenas 8, 1-3. Plutarco de Queronea. Se habían cansado los ciudadanos de una larga guerra que mantenían por la isla de Salamina con los megarenses y promulgaron una ley prohibiendo, bajo pena de muerte, que nadie propusiera por escrito o de palabra que la ciudad debía recuperar Salamina. A Solón le era difícil sobrellevar esta deshonra y, viendo que muchos jóvenes buscaban un pretexto para l

Artemidoro - Interpretaciones de sueños. Lib I, Diferencias entre ensueño y la visión onírica

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Morfeo e Iris , de  Pierre-Narcisse Guérin  (1811). En lo que concierne a la diferencia existente entre ensueño y visión onírica, ya he expuesto en otras obras que una distancia no exigua los separa. Y puesto que el tratado te parecería desordenado y como falto de inicio, creo que resultara oportuno empezar también en esta ocasión a partir de dichas nociones. La visión onírica se distingue del ensueño en que la primera, y el segundo de los que existe en el presente. Con mayor claridad lo comprenderás de lo que sigue: ciertas pasiones tienen por naturaleza la prerrogativa de aflorar, de imponerse al espíritu y de suscitar determinadas figuraciones. Por ejemplo, el enamorado cree necesariamente durante el sueño que está en compañía de quien ama, el atemorizado ve lo que le espanta y, a su vez, el hambriento supone que come, el sediento que bebe e, incluso, el que esta repleto de comida que vomita o que respira fatigosamente. En realidad, cuando actúan las pasiones, sucede que

Pindaro - Descripciones del más allá. Fragmentos, editorial clásica gredos.

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Los Elíseos Trenos 129, 131a, 130 (Canto coral de lamentación, acompañado de Flauta). Para ellos brilla la fuerza del Sol (en el Elisio), Mientras aquí abajo hay noche entre nosotros; Y en prados de purpureas rosas el campo, frontero a la ciudad, cargado esta de umbrosos arboles de incienso y de dorados frutos; y unos se gozan en caballos y pugilatos, otros en juegos de dados; los unos con música de liras se recrean, y entre ellos prospera floreciente completa bendición; y fragancia por el lugar amable se difunde, al par que, siempre, en muy visible fuego colocan ellos toda suerte de ofrendas olorosas sobre las aras de los Dioses. Fyodor Bronnikov (1827-1902) Grupo de pitagóricos celebrando la salida del sol. (texto en prosa preservado por Plutarco de Queronea) “Y algunos ríos fluyen por la región, sin ruido y mansos; y tienen -los bienaventurados- distraídas conversaciones con los recuerdos y razonamientos de las cosas pasadas y presen

Hegemon - Epigrama a los Espartanos en las Termopilas. Antologia Palatina

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El epigrama que sigue, uno más de entre los muchos que se dedicaron al tema, es atribuido en el lema a Hegemon, y sabemos que un autor de ese nombre, natural de Alejandría, ciudad de la región asiática de la Troade, escribió, no sabemos cuántos años después del 371, un poema épico sobre la batalla de Leuctra. Epigrama dedicado al heroísmo de los Espartiatas muertos en la batalla de las termopilas frente a Jerjes (480). Las cifras están exageradas en ambos sentidos: el ejercito persa, evaluado por Heródoto (VII 186) en mas de cinco millones de hombres, difícilmente pudo superar los 200.000 o aun menos; los griegos se oponían a la invasión con unos 7.000 hombres, de ellos trescientos Espartiatas, de raza Dórica, que murieron con su rey Leónidas. Epigrama 5 (VII 436). Que, pasando junto a este sepulcro, con llanto el viandante Diga: -Aquí contuvieron mil hombres de Esparta a ochenta miríadas del Persa arrogante muriendo sin volver la espalda, con disciplina Doria.

Solon de Atenas - 1 (1 D) A las Musas

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1 (1 D) A Las Musas. Mosaico de las Musas (s.IV), cuya inscripción pide que se barra con cuidado y desea buena suerte Lusitania Romana - Museo nacional de Arqueología de Lisboa Espléndidas hijas de Zeus del Olimpo y Mnemosine, Musas de Pieria, escuchadme en mi ruego. Dadme la prosperidad que viene de los Dioses, y tenga ante los hombres por siempre un honrao renombre, que de tal modo sea a mis amigos dulce y a mi enemigo amargo; respetado por unos, terrible a los otros mi persona. Riquezas deseo tener, mas adquirirlas de modo injusto no quiero. De cualquier modo llega luego la justicia. La abundancia que ofrecen los Dioses le resulta al hombre segura desde el último fondo hasta la cima. Mas la que los hombres persiguen con vicio, no les llega por orden natural, sino atraída por injustos manejos, les viene forzada y pronto la enturbia el Desastre. Su comienzo, como el de un fuego, nace de casi nada, de poca monta es al principio, pero doloroso su