Pindaro - Descripciones del más allá. Fragmentos, editorial clásica gredos.


Los Elíseos
Trenos 129, 131a, 130
(Canto coral de lamentación, acompañado de Flauta).

Para ellos brilla la fuerza del Sol (en el Elisio),
Mientras aquí abajo hay noche entre nosotros;
Y en prados de purpureas rosas el campo, frontero a la ciudad,
cargado esta de umbrosos arboles de incienso
y de dorados frutos;
y unos se gozan en caballos y pugilatos,
otros en juegos de dados;
los unos con música de liras se recrean, y entre ellos
prospera floreciente completa bendición;
y fragancia por el lugar amable se difunde,
al par que, siempre, en muy visible fuego colocan ellos toda suerte
de ofrendas olorosas sobre las aras de los Dioses.

Fyodor Bronnikov (1827-1902) Grupo de pitagóricos celebrando la salida del sol.

(texto en prosa preservado por Plutarco de Queronea)

“Y algunos ríos fluyen por la región, sin ruido y mansos; y tienen
-los bienaventurados- distraídas conversaciones con los
recuerdos y razonamientos de las cosas pasadas y presentes,
acompañándose mutuamente y permaneciendo juntos”.

(Plutarco, consolación a Apolonio 35, 120c).

Todos, por suerte feliz, a la muerte que libera de angustias.

A los impíos:
(texto en prosa)
“el tercer camino, el de aquellos que han vivido impíamente y contraviniendo las leyes, conduce las almas a las tinieblas y al abismo”,

de allí los ríos de tenebrosa noche
vomitan inmensa oscuridad.
131b

El cuerpo de todos sigue a la muerte poderosa,
Mas viva queda siempre la imagen del alma;
Porque esta es solo de los Dioses;
Duerme (el alma), mientras los miembros del cuerpo están activos,
Y a los que duermen, en multitud de ensueños,
Revela ella la decisión futura de lo agradable y de lo malo.

133

(Sobre la transmigración de las almas. Las mas justas llegan a los campos de los Bienaventurados después de una triple estancia en el Hades. Allí se convierten en héroes. CF. Ol. II 7.)

Y de los que Perséfone reciba expiación, por antiguo delito
Devolverá otra vez sus almas en el noveno año
Al sol de arriba; de ellas nacen los reyes ilustres,
Hombres raudos en fuerza, y en el arte y el saber
Los mas grandes; y en el tiempo futuro les llaman
“Héroes sagrados” los hombres.

134

No es fugaz la dicha de los Bienaventurados.

  

Pindaro – Odas y fragmentos, traducción de Alfonso Ortega, editorial clásica Gredos.


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