Vida de Milciades, Batalla de Maraton (5-6) Cornelio Nepote


En tales circunstancias no acudió en ayuda de los atenienses ninguna ciudad estado, salvo Platea. Esta envió mil soldados. Así pues, con la llegada de estos soldados se alcanzo el numero de diez mil combatientes, que ardían en un deseo de luchar digno de admiración. De este modo se consiguió que la teoría de Milciades prevaleciera sobre la de sus colegas. Movidos por su prestigio, los atenienses hicieron salir sus tropas de la ciudad y construyeron su campamento en lugar adecuado.

Al día siguiente, formado el ejército en línea de la falda de un monte, desde un lugar excesivamente abierto (pues los arboles por muchos lugares eran escasos) entablaron el combate con el propósito de verse protegidos por la altura de la montaña y de que la caballería enemiga se vería obstaculizada por los arboles y de este modo no se sentirían agobiados por la multitud de los enemigos.

Datis, aunque veía que el lugar no era favorable para sus tropas, no obstante, confiado en su superioridad numérica, deseaba entrar en combate, máxime porque consideraba ventajoso luchar antes de que llegaran los refuerzos de Lacedemonia. Por ello dispuso en orden de batalla cien mil infantes y diez mil jinetes y comenzó el combate.


En este combate los atenienses se mostraron tan superiores en valor, que derrotaron un numero de enemigos diez veces superior, produciendo entre ellos tal pánico, que los persas se precipitaron en dirección no de su campamento, sino de las naves.

Nada ha acontecido hasta nuestros días mas famoso que este combate, pues jamás un ejército tan exiguo consiguió aniquilar a otro tan numeroso.


No parece fuera de lugar decir que premio recibió Milciades por semejante victoria, con lo que se podrá comprender de todos los pueblos es por naturaleza el mismo. Pues así como en otro tiempo las distinciones honorificas en nuestro pueblo fueron escasas y sencillas, y por lo mismo acarreaban mayor gloria, mientras que ahora son excesivamente frecuentes y banales, del mismo modo sabemos que otro tanto había ocurrido antiguamente en Atenas. 

En efecto, a este famoso Milciades, por haber liberado a Atenas y a toda Grecia entera, se le concedió por todo honor el siguiente: cuando en el pórtico llamado Pecile se represento la batalla de Maratón, se pinto su imagen la primera en el grupo de los diez generales, en actitud de arengar a sus soldados y de comenzar la batalla. 

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