Holderlin - Nostalgia de los antiguos Dioses
para consuelo de los necesitados los proféticos bosques de Dodona;
mudo está el Dios délfico, y solitarios y abandonados se hallan
desde hace mucho tiempo los senderos donde antes, dulcemente conducido por las esperanzas, subía el hombre preguntando hacia la ciudad del veraz profeta.
Más desde lo alto la luz habla todavía hoy a los hombres,
Llena de hermosos significados, y la voz del gran tronante clama ¿pensáis en mí? Y las olas entristecidas del Dios del mar resuenan ¿nunca ya de mí, como antaño?
Hölderlin, el archipiélago. Fragmento, (traducción: L. Diaz del Corral).
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